En algún rincón de la Isla, entre pasillos de palmas y tardes sin tiempo, vive este laberinto. Inspirado en aquellos juegos que nos hacían recorrer con el dedo un camino incierto, este tapiz ilustrado in-house revive el asombro infantil de perderse. Su diseño evoca el trazado de un enigmático laberinto escondido con patio central, al estilo riad marroquí, sobre un fondo sereno color marfil. Es simple en apariencia pero está lleno de caminos invisibles. No es solo una pieza decorativa; es una invitación al juego y al recorrido lento, a la contemplación. El trazado intrincado y su atmósfera serena, convierten cualquier pared en un mapa secreto. Basta con dejar que la mirada camine, se equivoque, vuelva sobre sí y encuentre en el centro ese lugar quieto donde todo empieza de nuevo. La sutileza de este tapiz lo vuelve perfecto para coronar un espacio con carácter pero sin estridencias.